viernes, 1 de octubre de 2010

Testimonio de Encarnita en su primer vuelo

Al leer lo que ha puesto José Luis del comentario de Alfredo, vuelven a mí los recuerdos de mi primer Vuelo. Fue el 30 de Diciembre del 2006. Ahora van hacer 2 años.
En ese Vuelo que cambió mí vida interior, sentí el AMOR de Jesús y de la Virgen. Ellos siempre han acompañado mi vida, pero nunca los había sentido de tal manera. Pude ver y abrazar a mis padres, a todos los hermanos (a cinco de ellos veía por primera vez sus rostros, habían fallecido al nacer), a los abuelos y resto de la familia.
Jamás podré olvidar las sensaciones y sentimientos que viví... como tampoco el beso que le dio mí madre a Jose por haber hecho posible el maravilloso encuentro. Aquí os pongo lo que escribí, y no he modificado, en aquellos momentos:

EMOCIONES Y SENTIMIENTOS EN EL VUELO DE LA MARIPOSA

Antes que nada quiero agradecer a José Luis, Ana Mª, Alfredo, a mis sobrinos (incluyo a su novia Ani) a mis tres hijos, su amor y energía positiva en este maravilloso Vuelo. Un abrazo de inmenso cariño a todos.
Escribo mis emociones porque siento muy dentro de mi corazón la impresión que el Corazón de Jesús y la Virgen deseaban que las transmitiera. Es como si no debiera callar el Amor sentido y debiera compartirlo con los demás.
No he vuelto a oír el Vuelo para saborearlo, para que sean los sentimientos primeros los que más hablen y porque sé que habrá lágrimas de alegría al evocarlo directamente.
El primer encuentro fue con un caballo blanco, que me llenaba de amor. ¡Cómo no! Era el abuelo Miguel, que se marchó cuando yo tenía 8 años y que marcó de una forma increíble nuestra infancia. Me llevó hasta mis padres y hermanos (cinco de ellos los conocía por primera vez) abuelos, tíos y una inmensa cantidad de gente, entre la que había amigos y otros completamente desconocidos para mí.
Vi a la madre de Alfredo, no conocía su imagen, ni como es, tampoco sé como es el rostro de Alfredo, solo conozco su cariño y su voz…. Lo abrazaba con ese amor de madre difícil de explicar….
Al no comprender la respuesta a una pregunta que hizo Pablo (mi sobrino) a su padre, vi de pronto a mi sobrino de pequeño acostado en una cama, donde su padre lo miraba con amor, sentado a su lado.
Yo necesito señas o palabras para torpes (mi madre se ríe con ello) y no terminé por comprender lo que me decía mi hermano. Después, pensándolo o al menos así lo creo, debía de aplicar el apelativo que tantas veces le he dicho a mi hija de pequeña “Elenuca” a Pablo (Pabluco). Pero ya digo que necesito el cucharón de Cartuja para enterarme de ciertas cosas a la primera….
Decir Emoción, Amor es no decir casi nada ante el encuentro de Jesús y la Virgen…. El calor de Amor que desprenden y que uno siente físicamente es indescriptible, y (al igual que digo al principio), como un deseo de Ellos que lo contemos, que compartamos el encuentro, como un maravilloso regalo a todo aquel que quiera oírlo. Allí nada te dicen de hacer u obligar hacerlo, nada más lejos de ello.
Los tenía enfrente, a mi derecha, Jesús y a la izquierda la Virgen, más baja de estatura Un detalle es que Jesús tenía a su madre a su derecha. La Virgen llevaba un vestido blanco resplandeciente y un manto celeste pastel muy claro envuelto en tanta Luz que a veces lo confundía. Jesús era todo Luz, pero se que llevaba un manto blanco que se mezclaba con esa Luz.
Veía a todas las personas envueltas de Luz, una Luz y calor de Amor. No puedo decir como iban vestidos, si llevaban trajes o falda Tan solo vi a una persona vestida. Una señora con el pelo blanco y recogido como en un moño bajo, estaba vestida de gris y llevaba un mandilón o delantal sin peto, atado a la cintura, de cuadros finitos grises y la raya blanca. No se quién puede ser, por un momento pensé que podía ser mi abuela (la madre de mi padre) pero su cara no me era conocida (tengo fotos de ella) y pienso que me habría dicho que era mi abuela….

Me emocionó ver a Elena (la hija de Jose y Ana) besar y abrazar a sus padres. A José Luis lo vi a mi izquierda (los veía de frente) Ana Mª a mi derecha y ella besaba y abrazaba primero a su madre mientras apoyaba la mano en el hombro de su padre, desprendía Amor por ellos y una mirada pícara, como esperando que su padre le dijera algo…. como así fue.
Vi como mi madre besaba a Jose, con amor y agradecimiento, correspondiendo al que le dan a su hija, él sabe como la sintió….
Visité un jardín precioso, (el más bello de la tierra es una mera y pálida copia) y vi a mis queridos animales que están allí, perros (la primera fue Morita que venía corriendo) un Perico, dos canarios, una jaca……
Aún siento el tacto suave de seda y terciopelo de mi ramo de rosas blancas.
¿Regresé con pena de dejar aquello? Pues si, creo que lloraba, pero mi madre dijo que tenía que volver. Sé que es del 14, pero es una pena alegre, donde te vienes con la convicción de que ellos están siempre a nuestro lado, que su amor es aún mayor y más perfecto que el de aquí, y que ellos están acostumbrados a vernos y abrazarnos, que tan sólo nosotros hemos de recorrer un camino hasta el día del encuentro.
Me llamó poderosamente la atención la velocidad de pensamiento allí y comprendo muy bien ahora lo que se quiere decir con ello.
Si cuando vuelva a oír el Vuelo surge algo más, lo contaré, deseo compartir con todos esta maravillosa experiencia que cada uno personalmente debería tener y conocer lo que nos aguarda en el futuro, el día que Dios nos llame. Es triste no poderlos abrazar a diario o verlos, pero puedo asegurar que son felices. También ayuda el Vuelo a coger con garbo nuestra Cruz en la vida, a llevarla con un poco más de alegría y dar o compartir con los demás el amor que llevamos en el corazón.

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