Contactos con Luis. (nombre simulado)
1ª Experiencia del padre
El padre ve a un perro, le digo que lo acaricie y cuando lo está haciendo, éste se convierte en Luis.
Luis (19 años) le dice que por qué ha ido él. Que con quien quiere hablar es con su madre. A continuación quiere irse. Cuando yo le digo que quiero hablar con él, responde a su padre de un modo inadecuado: «¿De qué va este?».
Así, se marcha dejando a su padre muy triste.
Al día siguiente, sucedió lo siguiente en la experiencia de María (Nombre supuesto. Es amiga de la familia)
Nos encontramos en la casa de los padres de Luis (nombre simulado). Acabo de intentar ayudar con “El vuelo de la mariposa” a un señor (Ignacio. Nombre simulado) cuyo hijo (Ricardo. Nombre simulado) había fallecido recientemente a causa de un accidente y tenía 14 años. Estos son los datos que yo conocía.
Enseguida comprendí que era imposible poder ayudarle ya que era una persona que utilizaba la mente de un modo “excesivamente racional” y percibe la realidad desde una perspectiva “radicalmente” científico-positiva. En estas condiciones resulta imposible para él dar rienda suelta a la imaginación. Si se animó a probar con “El vuelo de la mariposa” fue porque el padre de Luis, también de formación científica, pero mucho más abierto, le animó a que lo intentase.
Una hora después de este intento, llegó una señora a quien vamos a llamar María (nombre simulado). No esperaba yo a nadie más. Nos fue presentada a Ignacio y a Mí como amiga de la casa.
Ella quería conectar con su pareja. Creo recordar que hacía un par de años que falleció. Me comentó que hace años que practica meditación, por lo que intuí que iba a ser muy sencillo que pudiera lograr el contacto. Esta percepción me llevó a aconsejar a la madre de Luis y al padre de Ricardo para que se quedasen en un lugar desde el que pudiera yo avisarles con el fin de intentar el contacto con sus hijos a través de esta señora una vez que ésta estuviera metida en la experiencia.
Así pues, la señora no sabía ni cómo se hacía el ejercicio, ni que íbamos a intentar conectar con Luis (que ella conocía perfectamente, ya que, como dije, es amiga de la familia), y mucho menos que intentaríamos que conectase con el hijo del señor que acababa de conocer y de quien sabía únicamente que se llama Ignacio, ¡nada más! Insisto en este punto para que se tenga presente para analizar cómo discurrió la experiencia.
Pues bien; nos retiramos a un lugar apartado del jardín de la casa y, efectivamente, como suponía el contacto se hizo con mucha facilidad.
Intervienen en esta experiencia:
María: La señora que la está viviendo.
Toni: El esposo de María.
Ignacio: El señor que quería conectar con su hijo.
Ricardo: El hijo de Ignacio.
Elena: Mi hija. Espíritu guía de la experiencia.
(Todos ellos, excepto Elena, son nombres supuestos)
Durante la experiencia completa intervinieron además, mi esposa y el padre de Luis.
Paso, pues a la transcripción de la grabación:
La ayudo para que vaya volando y le pido que me vaya describiendo el paisaje que ve.
Me dice que ve una cascada y que termina formando un lago. El agua está iluminada por una luz blanca. Dice que la siente fría, pero le apetece darse un baño. Me describe muy bien todo lo que ve. De pronto dice:
María: ¡Viene alguien en una barca!
Animador: ¡Muy bien! Espera que llegue hasta ti. Dime quién va dentro; ¿un señor una señora...?
María: Es alguien mayor.
Animador: Acércate a la barca y saluda con mucha amabilidad a esa persona. Y cuando estés cerca a ver si le puedes distinguir con mejor.
María: Es un señor mayor con barba.
Animador: Muy bien, pues salúdale y pregúntale; Oiga, ¿dónde estamos? ¿Cómo se llama este lugar?
María: No tiene nombre. ¡No me dice nada!
Animador: ¿Te mira?
María: ¡Sí!
Animador: Y, ¿dirías que te entiende?
María, asiente con la cabeza y dice: No sé, ¡es por sensación.
¾En ese momento digo con un gesto a la madre de Luis y al padre de Ricardo que se acerquen en silencio. Ella no se da cuenta porque, como sabemos, se encuentra con los ojos cerrados.
Animador: Dile si te permite subir a la barca.
¾Breve silencio, y continúo:
Animador: Haces el gesto de subir...
María: ¡Sí!
Animador: ...Y te deja, ¿verdad?
María: ¡Sí!
Animador: Y ahora, acércate a él y dile: ¿Me permite que le abrace?... ¡Con mucho amor y cariño! Trata de ese modo a todas las personas con quien te encuentres durante la experiencia.
María: ¡Ajá! (lo está haciendo)
Animador: ¿Él te corresponde, te abraza también?
María: ¡Sí!
Animador: Ahora que le tienes más cerca, a ver si le ves la cara, mientras le estás abrazando. Pregúntale: ¿Cómo se llama usted?
María: ¡Jesús!
Animador: ¿Usted es Jesús, el Hijo de Dios?
¾Me sorprendo de que sea Mi/nuestro Jesús y trato de asegurarme pidiéndole, sin que esta señora se dé cuenta, que se identifique.
María: Me dice “El Hijo del Hombre” ... No sé...
Animador: ¡Ah, bien! ¿Jesús “El Cristo”?
María: Sólo me ha dicho Jesús.
Animador: ¡Pregúntale!
María: ¡Sí!
Animador: ¿Tú qué sientes por Jesús? Ahí lo tienes, habla con Él. Dile lo que sienta tu corazón.
María: ¡Que Le amo, que Le he amado siempre!
Animador: Se lo estás diciendo, ¿no?
María: ¡Sí!, claro. No hace falta que se lo diga. Él lo sabe.
Animador: Pues muy bien. Dile la alegría que sientes, ya que no esperabas verle.
¾Ya dije que apenas intercambiamos palabras antes de la experiencia. Yo sólo sabía su nombre, que quería saber cómo se encontraba su pareja y que le gustaba meditar. Tampoco sabía en qué consistía la experiencia de “El vuelo de la mariposa”, únicamente que podría comunicarse con su ser querido del Otro Lado.
María: ¡Pues no!
Animador: Y es maravilloso, ¿no?
María: ¡Sí!
Animador: Pues dale las gracias. Dile: Maestro, Tú sabes porqué he venido aquí. Qué es lo que me motiva, qué es lo que deseo... ¿Puedes llevarme con él?
¾Mientras transcribo la grabación me doy cuenta de que Jesús nunca acerca a nadie a ningún lugar, pero parece que Él lo autoriza y, o bien Elena, o bien algún ángel cumple con ese deseo.
María: Me da la mano.
Animador: Y ¿qué sientes cuando te da la mano?
María: No sé, es algo muy relajante. No, no puedo describirlo...
Animador: Paz...
María: ¡Sí!
Animador: Armonía... Tranquilidad... Seguridad...
María: ¡Sí! Todo, todo...
Animador: Mírale los ojos. A ver si puedes ver sus ojos.
María: ¡Sí!
Animador: Te transmite todo lo que te he dicho antes, ¿no?
María: ¡Más!
Animador: Más todavía... Muy bien. Muy bien.
Pon su mano en tu corazón... Y dale las gracias. Dile todo lo que sientas por Él. Dile, Maestro ¿puedo hablar con Toni?
María: No me dice nada.
Animador: Pregúntale por su madre: ¿puedo ver a Tu Madre? ¿Me puedes llevar con Ella?
María: ¡No!, no dice nada.
Animador: Mira el agua para ver si ves venir peces. En la barca hay polvo de estrellas. Echa en el agua para ver si atraes a los peces. Hazlo con mucho cariño, todo con mucho amor.
María: No son peces, ¡son delfines!
Animador: Qué bien. ¿se acercan?
María: ¡Sí!
Animador: ¿Hay alguno que te parezca más simpático?
María: ¡Sí!
Animador: Acaríciale. Bájate de la barca y acércatelo a tu pecho y acaríciale como si fuese un perrito. Hazlo con mucho cariño. (breve silencio) ...Y dile, ¿Eres un delfín o eres una persona?
María: Me dice que es una persona.
Animador: Pues dile que se quite el disfraz para que veas quién es. (silencio) ¿Qué pasa, se lo quita?
María: ¡Ajá!
Animador: ¿Y qué es un hombre, una mujer?
María: No sé.
Animador: Dile, no te reconozco. ¿Quién eres; un hombre, una mujer...?
María: No lo sé.
Animador: Díselo: no te reconozco. ¿Quién eres un hombre, una mujer, un chico, una chica, quién eres?
María: No es ni masculino ni femenino.
Animador: ¡Ajá! Dile: ¿eres un ángel?
María: ¡Es un ser de Luz!
Animador: Muy bien. Dile: ¿tú sabes dónde está Toni, Me puedes llevar con él? Es que he venido a verle.
María: Me agarra de la mano y me lleva volando a un lugar.
Animador: Vale, a ver... Tú vas segura con él, ¿verdad? Te lleva con mucha dulzura, muy seguro... ¡Muy bien! (breve silencio) ¿Qué vas viendo mientras te lleva?
María: ¡Sólo luz! ¾silencio. Llegamos a un sitio. Es un triángulo, como una pirámide grande...
Animador: ¿De piedra?
María: ¡No, transparente!
Animador: ¿Entráis dentro?
¾Asiente
Animador: Cuéntame qué ves al entrar. ¿Él va de tu mano?
María: ¡Va detrás! ...Es un sitio muy raro.
Animador: ¿Es agradable?
María: ¡Sí!
Animador: Ve andando por ahí, a ver lo que... ¿Hay muebles o algo así?
María: ¡No!
¾Breve silencio
Animador: Pregúntale: ¿está aquí Toni? ¿Le voy a ver aquí?
María: No me dice nada.
Animador: Bueno, sigue ahí. A ver qué pasa, a ver quién viene. (breve silencio) Estás cómoda y tranquila por allí, ¿no?
María: ¡Sí!
Animador: Ve andando por allí. Toca las paredes...
María: Es que no hay paredes.
Animador: ¡Ah! ¿Simplemente, es como luz?
María: ¡Sí! ...Hay gente como sentada, charlando...
Animador: Muy bien. ¿Cómo van vestidos?
María: De blanco.
Animador: Acércate a ellos. (breve silencio) ¿Son personas mayores?
María: ¡No!, son niños.
Animador: ¡Ajá!, Muy bien. Pues, acércate a ellos. ¾asiente. ¿Cómo van vestidos? Llevan como túnicas azul clarito y blanco.
Animador: Acércate a uno de ellos y con mucho cariño dile ¿me dejas que te abrace? ...Y le abrazas.
María: Sí, ya.
Animador: Te abraza también ¿verdad? ¾Asiente. ¿Es un niño o una niña?
María: Es un niño.
Animador: Dile, ¿cómo te llamas?
María: ¡Daniel!
Animador: ¿Llevas mucho tiempo aquí?
María: Un año.
Animador: ¡Ajá! Oye, ¿Y tú conoces a Elena? Elena es mi hija. (había hablado tan poco con María que ni tan siquiera le había dicho el nombre de mi hija).
María: ¡Sí!
Animador: ¿Y me puedes llevar con ella?
María: ¡Sí!
Animador: ¡Ah!, pues venga, llévame, por favor. Es que yo no la conozco, así que si me llevas... Es estupendo que tú la conozcas y me la puedas presentar. ...¡Como hablarías con un niño!
María: Se ríe. Me da la mano. Y me lleva a otro sitio.
Animador: Cómo te lleva; ¿volando? ¾(No). ¿Andando? ¾(No). ¡Como flotando! ¾(Sí).
¿Cómo es el sitio? ¿Habéis salido de la pirámide? ¾(No). Bueno, seguís dentro del mismo espacio. ¾(Sí). Y vas viendo más niños por allí, ¿no? ¾(Sí) ¡Vale! Se ve que va buscando a Elena.
María: Hay una niña..., que trae un niño, también.
Animador: Dile ¿esa niña es Elena?
María: ¡Sí!
Animador: Acércate a ella. ...Y cuando te acerques dile: Elena, ¿eres Elena? ¾(Sí). Y qué hace, ¿sonríe? ¾(Sí). ¡Abrázala fuerte! ¡Es mi hija!; imagínate si te agradezco ese abrazo. ¿Ella te abraza? ¾(asiente). ¿Cómo la sientes? ¾María comienza a reírse Es simpática, ¿no? Te estaba esperando. Ríe cada vez con más fuerza. ¿Te hace reír? Es que es la “leche” (argot). Sigue riendo tan fuerte que llora. ¡Es estupenda mi chica, ¿eh?! Mira a ver si me oye... Mira a ver si me oye... ¡Elena! ¡Elena, ¿me oyes?! ¿Me oyes, cariño? (María no puede hablar porque sigue riendo). Venga, no la hagas de reír tanto... ¡Venga! ¿Me oyes, Elena? Dirá, ya está el “pesado” de mi padre.
María: Sólo me coge de la mano.
Animador: Bueno, pues ¡ala! Dile que te lleve con Toni. Dile: tú sabes dónde está Toni. Me vas a llevar con él, ¿verdad?. Te lleva, ¿no? Bueno, pues adelante.
¾Empieza a llorar: Acaba de ver a su marido.
Animador: ¿Le tienes ahí? Pues, venga. Abrázale muy fuerte, con mucho amor... Está estupendo, ¿verdad? Le ves bien, está muy contento. Se alegra de verte... ¡Vívelo, vívelo, no te quiero interrumpir.
¾Solloza fuertemente.
Animador: Pregúntale todo lo que quieras saber.
María ya más tranquila: No, sólo quería saber si está bien y sí lo está. Le veo muy bien.
Animador: ¿Te gustaría saber dónde vive, qué hace? ¿Cómo pasa allí el tiempo? Pregúntale todo lo que quieras.
María: Trabaja con los niños.
Animador: Muy bien. Y ¿conocías a Elena antes?
María: ¡No!
Animador: No. La ha conocido ahora. Muy bien. ...¿Y con qué niños estás, niños pequeñitos, bebés o más mayorcitos.
María: Veo niños entre cinco, seis... Están jugando con él.
Animador: Está muy feliz. No podías pensar que estuviera tan feliz. ¾(asiente). Dile que te enseñe el paisaje de allí. Que te enseñe cómo es aquello. Dile, ¿me puedes dar una vuelta por aquí?
María: Es muy bonito. Es diferente a esto.
Animador: ¿Te lo está enseñando? ¾(asiente). ¿Qué es lo que ves? ¡Cuéntanoslo!
María: Son casas parecidas pero, ¡hum! ¡Son casas transparentes! Son casas como llenas de luz.
Animador: ¿Vais sobrevolando?
María: Es que no siento el cuerpo.
Animador: ¡Los campos! El color de los campos; ¡fíjate!
María: Amarillos. Muy amarillos...
Animador: ¡Las flores! Acércate a las flores. ¡míralas!
María: ¡Son diferentes, tienen muchos colores!
Animador: Colores muy vivos, muy bonitos ¿verdad?
María: ¡Mucho!
Animador: Di a Toni; ¿verdaderamente, esto es el Paraíso? Animador: ver qué te dice?
María: ¡Esto es el Paraíso!, me dice.
Animador: ...Es el Paraíso. Es maravilloso.
María: Él es feliz.
Animador: Dile, ¿y qué relación tenéis vosotros con Jesús? ...¿Es un Ser distante?
María: ¡Es todo!
Animador: ¡Es todo! Esa es una expresión muy frecuente. Es el Maestro, el Amigo..., Es todo allí. Muy bien. Por lo tanto es muy feliz. Dile; ahora que estás aquí, ahora que sabes qué es lo hay después de la vida en la Tierra, ¿qué te hubiera gustado hacer más o mejor en la Tierra?
María: ¡Haber disfrutado más el presente!
Animador: ¿Te alegras de estar aquí o preferirías estar en la Tierra?
María: ¡No!, su misión ha terminado.
Animador: Pregúntale; ¿cuándo se dio cuenta de que su misión había terminado y cómo lo supo?
María: No lo supo hasta que llegó.
Animador: ¿Lo supo porque se lo dijeron o él lo entendió por sí mismo?
María: Entendió que ya había acabado.
Animador: Pregúntale que ¿qué sabe él de la reencarnación?
María: Se ríe.
Animador: Ya, pero ¿qué quiere decir con esa risa? Dile que no le entiendes. Eso ¿qué significa?
María: Todo es el día y la noche.
Animador: ¿Tú entiendes qué quiere decir con eso?
María: ¡Sí!
Animador: Lo importante es que lo entiendas tú. Si te dice algo que no entiendas, dile que te lo explique mejor. Pregúntale si él tiene su propia casa, y si la tiene que te lleve a ella, para que veas cómo es.
María: ¡No!
Animador: No tiene casa propia. Pregúntale si vive ahí, en esa pirámide en la estaban todos esos niños. Pregúntale si es ese el sitio donde él se mueve.
María: ¡Sí!
Animador: ¿Tienes allí a alguien que te gustaría ver?
María: ¡Sí!
Animador: Pues, pregúntale si conoce a esa persona. ¿Quién es un abuelo, una abuela?
María: Un abuelo.
Animador: Pregúntale si le conoce y si le puede mandar a llamar.
María: ¡No!
¾Supongo que no están en el mismo plano espiritual.
Animador: No le conoce. Y esa amiga tuya... ¿Él conocía a esa amiga tuya? ¿La conoció aquí?
María: ¿Qué amiga?
Animador: ¿No habías dicho que tenías una amiga que se había ido?
María: ¡No!
Animador: ¡Ah! Entonces es que me he confundido. ...¿Está Elena por ahí? Mira a ver si está.
María: ¡No!
Animador: Dile que volváis a donde está Elena, que le tenemos que preguntar una cosa. Animador: ver si ha visto a unos chicos.
María: ¡Ya!
Animador: ¿La tienes ahí?
María: ¡Sí!
Animador: Dile que le voy a hablar. Dile tu padre te está hablando. ...¡Elena!, ¡Elena, hija, ¿me oyes? ¿Me oyes, Elena?
María: Dice que sí.
Animador: Elena, ¿Tú conoces a Luis?
María: Dice que ¡claro!
¾Hemos estado con sus padres algunas veces ya.
Animador: ¿Y a Ricardo, que está aquí su padre?
¾Es la primera noticia que María tiene de Rodrigo y, por lo tanto, de la relación que tiene con el señor que le fue presentado al llegar.
María: No dice nada.
Animador: Bueno, ¿puedes traer a Luis o pedir que venga, o que alguien le traiga? ...Y entre tanto, ¡entérate!: pregunta por Ricardo.
María: Se ha ido.
Animador: Bien. Toni está allí, a tu lado ¿verdad?
María: ¡Sí!
Animador: Tenle cogido de la mano. Pregunta a Toni si os visita en casa, si ve a su hijo, si te ve a ti. Si has tenido algún tipo de señal pregunta si ha sido él.
María: Yo sé que ha sido él.
Animador un poco en broma: Bueno, dile pues mándame más. A ver qué pasa, ...si vuelve Elena... (silencio) Allí hay más niños, ¿no?
María: ¡Sí!
Animador: Pues entretente con los niños, juega un poquito con ellos. Coge a alguno en brazos. Pregúntale cómo se llama, en fin... Están todos muy contentos, ¿no? Se les ve que están muy felices.
María: ¡Bastante! Juegan con alguien con mucha luz. ¡Viene un chico! ¡Vienen dos chicos! Uno es más alto que otro.
¾Breve silencio
Animador: ¿Se acercan?
María: ¡Sí!
Animador: ¿Reconoces a alguno de ellos?
María: ¡No!, no los reconozco.
¾Como dije al principio, María, es amiga de la casa y conoce perfectamente a Luis. Pero nos está diciendo que no reconoce a ninguno de los chicos.
Animador: Salúdales y pregúntales cómo se llaman.
¾Recordar que en este momento María sólo sabe que el hijo de Ignacio se llama Ricardo.
Animador: Dirígete a uno de ellos. ¿Tú cómo te llamas?
María: Daniel. Me dice Daniel.
Animador: ¿Cómo va vestido?
María: De azul.
Animador: ¿Y el otro? Pregúntale cómo se llama?
María: ¡Ricardo!
Animador: ¿Qué edad tiene, más o menos? ¾me centro en Ricardo y le pregunto a María, pero me doy cuenta y prefiero que sea él quien lo diga. Pregúntaselo ¿Qué edad tienes? ¾sin embargo, María contesta de este modo:
María: Ocho, ¾ el tono que emplea indica que va a decir también algo más. Pero hace un breve silencio que se hace eterno, porque lo que yo sé es que Ricardo tiene catorce. Recordemos que el dato de la edad es desconocido para ella.
Animador interrumpo: ¿Tienes ocho años?
María continúa: Y catorce.
¾Experimento un alivio, pero aún no está claro qué edades corresponden a cada uno de ellos.
Animador: ¿Quién tiene catorce?
María: ¡Ricardo!
¾¡Uf! Qué alivio.
Animador para dejarlo claro: Y ocho tiene Daniel, ¿no?
María: ¡Sí!
Animador: Di a Ricardo que voy a hablar con él.
¾En estos momentos, María no sabe si Ricardo es o no el hijo de Ignacio.
María: ¡Ajá!
Animador: Ricardo, ¿me oyes? Insisto dos veces más.
María: Dice que sí.
Animador: Oye, ¿estás viendo a tu padre que está aquí?
María contesta de inmediato: Dice que le ve siempre.
Animador: Y ahora, ¿le estás viendo?
María: Que sí, que le ve. Pero, dice Ricardo que su padre no cree en él.
Animador hago una señal a Ignacio (al padre) para que se acerque: Oye, Ricardo tu padre te va a preguntar algunas cosas...
Animador me dirijo al padre: ¡Háblale!
Ignacio: Ricardo, ¿cómo estás?
María: ¡Muy bien! Muy feliz, más que tú.
¾Insisto en recordar que María no conoce nada, de nada respecto a Ignacio.
¾Las respuestas de Ricardo son rápidas y firmes.
Ignacio: ¿Por qué dices eso?
Ricardo: Porque tú no eres feliz. Estás muy triste, muy triste y no tienes por qué estar triste, porque yo soy cantidad de feliz.
Ignacio: Pero ¿tú me ves a mí?
Ricardo: No te veo, te siento.
Ignacio: Y ¿dónde estás viviendo?
Ricardo: En un sitio con mucha luz y mucha armonía.
Ignacio: Y a Mirian (nombre supuesto), ¿la ves?
¾Después supimos que Mirian es la madre del chico, pero lo preguntó de manera que no se le entendió.
Ricardo: ¿A quién?
¾Ignacio, en vez de repetir la pregunta, continúa:
Ignacio: ¿Dónde la ves?
Ricardo: ¡No!
¾Claro, allí nadie sabía qué estaba pasando y yo creí que preguntaba por alguien que ya estaba en el Más allá. Además, como no tenía confianza con este señor y le percibía tan serio, en ningún momento me atreví a sacar a la madre del chico en la conversación. Suponía que era su padre el que debería de preguntar lo que fuera. En fin que fue una pena que no se entendieran.
Ignacio insiste: ¿A ella la ves normalmente?
Ricardo: ¡No!
Ignacio: ¿Cómo puedo hacer yo para estar mejor?
Ricardo: Queriendo estar mejor. ¡Es que no quieres estar mejor!
¾¡Ojo! con esta respuesta, porque explica, desde mi punto de vista, el por qué hay gente que se niega a abrirse a la esperanza: Se adhieren al sufrimiento compulsivo. Aunque en el caso de este hombre no sea exactamente así, ya que se encuentra allí para comprobar si es cierto que existe la posibilidad de saber de su hijo.
Ignacio: ¿Cómo sabes tanto?
María haciendo un gesto sonriente: ¿Cómo lo sabes tú? ¾le deja parado, sin contestar, pero el chico insiste: ¡Contéstame!
¾Cuando terminamos la experiencia Ignacio comentó que era propio de su hijo el responder con otra pregunta hecha con inteligencia y provocando la necesidad en el otro de dar una respuesta.
Ignacio: Ricardo yo creo que estoy bien.
Ricardo: ¿Seguro? ...¿Entonces por qué me echas de menos?
Ignacio: Bueno, pero es, es porque, porque te quiero ¿no?
Ricardo: ¿Sólo por eso?
Ignacio: Me haces unas preguntas muy difíciles. ...¿Con quién vives?
Ricardo: Con muchos niños.
Ignacio: ¿Y qué echas de menos?
Ricardo: No echo de menos nada, sólo que a veces estoy triste porque tú estás triste. ...Cuando tú lloras, yo también lloro.
Ignacio: Pero tú sabes que yo no estoy llorando.
Ricardo: Pero lo haces.
Ignacio: A mí no me ves llorar nunca.
Ricardo riéndose: No hace falta llora con lágrimas.
Animador: Ricardo, ¿quién fue a recibirte cuando llegaste al Más allá?
Ricardo: El abuelo.
¾Cuando terminó la experiencia, Ignacio nos confirmó que de los cuatro abuelos, sólo su padre está fallecido.
Ignacio: ¿Qué te dice tu abuelo?
Ricardo: Que no me preocupe.
Ignacio: ¿Te ha hablado de mí?
Ricardo: ¡Sí!
Ignacio: ¿Y qué piensa de mí?
Ricardo: Lo mismo que yo.
Ignacio: ¿Qué te parece tu abuelo?
Ricardo: Muy cariñoso.
Ignacio: ¿Te lo imaginabas así?
Ricardo: Yo no me imagino nada.
Ignacio: ¿Qué me dirías para que yo estuviera tranquilo?
Ricardo: ¡Que abras tu corazón!
Ignacio: ¿Y cómo se hace eso?
Ricardo: Eso no se hace, ¡se siente! Se siente la vida, se siente la armonía, se siente a Jesús, a los seres, a la vida. Ábrete a la vida.
Ignacio: ¿Qué te parece Jesús?
Ricardo: No me parece, es un Ser que no tiene palabras: Es sentimiento, y Es Amor... y eso es lo que tú necesitas.
Ignacio: Parece que has aprendido mucho.
Ricardo: ¡Claro!
Ignacio: ¿Te diste cuenta de que te ibas?
¾Al parecer, Ricardo no ha oído lo que su padre acaba de preguntarle porque lo que dice a continuación es:
Ricardo: ¡Pregunta!
¾Esta vez si me doy cuenta de que no ha entendido la pregunta y le digo:
Animador: ¿Lo pasaste mal en el momento del tránsito?
¾Yo sabía que su fallecimiento fue a causa de un accidente, pero sólo al final de la experiencia supe que estuvo varios días en “coma clínico”.
Ricardo: ¡No!
¾Como a veces, en caso de accidente, me han dicho que se asustaron un poco, pregunto:
Animador: ¿No estabas un poco asustado?
Ricardo: ¡No!
Animador: ¿Viste a tu abuelo enseguida?
Ricardo: ¡No!
Animador: ¿A quién viste primero?
Ricardo: ¡A un ser!
Animador: ¿Qué era, un ángel?
Ricardo: Un ser de Luz.
Animador: ¡Ajá!
¾Cuando, al terminar supe que había estado unos días en “coma” entendí que viera primero a un ser de Luz y que además dijera que fue su abuelo quien le recibió. No había contradicción en sus palabras. Durante su “coma” estuvo en contacto con el Más allá a través de ese ser de Luz.
Ignacio: ¿Ves a tu tía?
Ricardo: ¡No!
Ignacio: ¿Pero normalmente sí que estás con ellos?
¾Estábamos entendiendo que hablaba de personas del Más allá, pero en realidad se refería a su tía y a su madre. Pero como, incluyendo a María, no entendíamos qué preguntaba, supongo que Ricardo no podía entender la pregunta porque la mente de María al no haberla comprendido, no la procesaba con claridad.
Ricardo: ¡No!
Ignacio: Y a mí ¡sí que me ves más a menudo?
Ricardo: ¡Sí! Estoy contigo constantemente, no me separo de ti.
Ignacio: ¿Porque necesito mucha ayuda?
Ricardo sonríe: ¿Tú qué crees?
Ignacio: Yo creo que me conoces demasiado.
Ricardo: Necesitas abrir tu corazón.
Ignacio: ¿Y cómo se hace eso?
Ricardo: No se hace, te lo vuelvo a repetir; tienes que sentir.
Ignacio: ¿Y me vas a ayudar?
Ricardo: ¡Claro que sí! siempre te estoy ayudando. Pero te van a ayudar otras personas. A partir de ahora vas a cambiar. ¡Tengo que marcharme!
Animador dirigiéndome al padre: Dile adiós. Mándale un beso.
Ignacio: Un beso muy grande. Ricardo, además no te vas, estás siempre conmigo.
Ricardo: ¡No! Yo te quiero mucho. ¡Te quiero un montón! ¡Te quiero mucho, de verdad. ¡¡Muchísimo!! No te puedes imaginar cuánto te quiero y te echo de menos. Pero necesitas abrir tu corazón. Si no abres tu corazón... yo me pongo muy triste. Pero te quiero mucho, papá: ¡un montón!
Animador: Que te dé un abrazo para su padre.
María: ¡Qué lindos son los críos! Hay un montón de críos, y son muy felices.
Animador: Muy bien. ¿Y Elena no aparece todavía? Habrá ido a buscar a Luis.
María: ¡No!
Animador: Pues sigue ahí con los niños, entretanto. Pregúntale a Toni por Elena; ¿ha ido a buscar a Luis? O que te explique a ver qué ha ido a hacer.
María: No puedo verlo.
Animador: ¿A Toni no le ves ahora mismo?
María: ¡No!
Animador: ¿Pero están ahí todos los niños?
María: ¡Sí!
Animador: Muy bien. Vale, vale. A Ricardo ¿le sigue viendo?
María: Se ha ido a jugar.
Animador: ¿Y, Daniel?
María: También.
Animador: ...Se ha ido a jugar. Muy bien. ¡Juega con los niños, juega...! ...Llama a Elena, a ver si aparece.
María: ¡Sí!, aquí está.
Animador: Elena, ¿y Luis? Es que están aquí sus papás y quieren hablar con él.
María: No me dice nada.
Animador: ¿Mira hacia un lado o hacia arriba?
¾Eso lo hace cuando está recibiendo alguna orden de algún maestro.
María: ¡Sí!
Animador: Dile, Elena ¿estás preguntando?
María: ¡Sí!, pero no puede hablar conmigo.
Animador: ¿Quién? ¿Luis no puede hablar contigo?
María: ¡No!
Animador: ¿Y por qué, Elena?
Elena: Porque sólo quiere a hablar con su madre.
Animador: Muy bien. Dile que venga, que venga que está aquí su madre.
Elena: ¡No!, no quiere hablar conmigo.
Animador: ¿Tiene que ser con su madre?
Elena: ¡Sí!
Animador: Elena, pues luego le ayudaré con “El vuelo de la mariposa” a su mamá. ¡Díselo!, para que nos ayude a lograrlo. Él quiere hablar directamente con su madre ¿verdad?
Elena: ¡Sí! Luis quiere hablar directamente con su madre, pero no puede...
Animador: ¿Quién no puede?
Elena: Luis no puede hablar con su madre.
Animador: ¿Por qué?
Elena (se va mostrando nerviosa): Porque no puede hablar con su madre. No. Está comunicando siempre. Quiere, pero no le escucha. Pero está... Lo intenta, lo intenta, pero no, no puede comunicar con su madre. (empieza a llorar). No, no puede. (ahora llora abiertamente) No puede comunicar con su madre.
Animador: ¿Y con su padre?
Elena: ¡No!, él quiere hablar con su madre. Pero no puede.
Animador: Y ¿qué tiene que hacer su madre para...? Porque ella también quiere... Ella está deseando, ¡hija! Ella está deseando, ella también quiere. ¡Cómo no va a querer! Naturalmente que quiere. ¿Qué tiene que hacer? ¡Ayudadnos! Dile que, qué tiene que hacer su mamá para poder hablar con él.
Elena: ¡Creer! Creer que puede hablar con él. Creer que puede hablar con él. Es que no cree que puede hablar con él, entonces él no puede hablar con ella (el llanto obliga a suspirar a María). Porque cree que no puede hablar con su hijo, entonces él no puede hablar con ella.
Animador: Pero con su padre sí habla alguna vez.
María: No me dice nada.
Animador: Elena, ¿sabes si ha hablado con su padre?
Elena: ¡Sí!
Animador: Ha visto a su padre, y su padre le ha visto a él. Se han entrevistado, ¿verdad?
Elena: ¡Sí!
Animador: Pero él siempre está muy esquivo. Como un poco así...
¾Me interrumpe.
Elena: Es que él quiere hablar con su madre.
Animador: Y, claro, como nada más que puede hablar con su padre, se enfada, está como...
¾Me interrumpe.
Elena: No, no se enfada.
Animador: ¿Entonces?
Elena: Pero no puede. Lo intenta, pero no puede.
Animador: Pero tú, ahora, vas a hablar con él, ¿verdad hija?
Elena (ya más tranquila): Es que él no quiere hablar con nadie.
¾Esta respuesta es muy significativa porque, como veremos en la última trascripción, por ahora Luis no ha querido evolucionar en el Más allá. ¿Pudiera ser que quizá se encuentre apegado al dolor de su madre?
Digo esto porque al parecer Luis no se relaciona con nadie tampoco en el Más allá.
Animador: Bueno. Digo que tú hables con él para que le digas que va a intentar su madre hablar con él. Que va a poner toda la confianza que pueda, y que esté tranquilo, que ella lo va a intentar.
¾el padre me dice que le pregunte que si es feliz.
Animador: ¿Es feliz? ¿Cómo está Luis, hija? Cuéntanoslo tú.
Elena: Está bien, pero a veces está triste porque no ve a su madre feliz. En algunos momentos está triste.
Animador: Y a su hermana, ¿La ve bien? ¿Cómo la ve? ¿Tú sabes cómo la ve? ¿Tú sabes eso?
Elena: Sí.
Animador: ¿Y cómo la ve?
Elena (no muy convencida): ...Bueno. ...A veces también está muy triste. Pero le preocupa más su madre. Pero va a recibir una señal.
Animador: ¿Sabes qué señal va a ser?
Elena: Lo va a saber ella sola.
Animador (dirigiéndome al padre): Pregúntale tú algo a mi hija, si quieres.
El padre: Elena, ¿me oyes? Soy el padre de Luis. ¿Me oyes?
Elena: ¡Sí!
El padre: ¿Tú sabes cómo se fue él?
Elena: ¡No!
El padre: No te lo ha dicho.
Elena: ¡No!
El padre: Y, ¿sabes si su tránsito fue difícil? Porque a él le atropelló un camión, ¿sabes? ...Y entró de golpe.
¾Elena asiente.
El padre: ¿No te lo ha contado?
Elena: ¡No!
El padre: ¿Se lo puedes preguntar?
Elena: ¡Sí!
El padre: ¡Pregúntaselo!
¾Breve silencio.
Elena: ¿Sí? (espera otra pregunta)
Animador: ¿Se lo puedes preguntar ahora, en este momento?
Elena: ¡No!
Animador: ¡Ah! Se lo vas a preguntar cuando puedas hablar con él, ¿no? Cuando le veas.
El padre: Oye Elena, y, y otra pregunta: ¿él allí dónde vive? ¿Vive contigo?
Elena: ¡No! Vive con otra gente.
El padre: ¿Y ya ha descansado? ¿Ha terminado ya de descansar?
Elena: ¡No!
El padre: ¿Está descansando?
Elena: Lo está intentando. (breve silencio), pero no tiene sosiego porque no ve a su madre feliz. Necesita comunicarse con ella.
El padre: Dile que cuando ha estado conmigo, ¿por qué no me ha dicho nada?
Elena: Porque eres diferente.
El padre: Pero a mí también me duele.
Elena: Pero es de forma diferente, tú eres más fuerte.
Mi esposa: Pero al papá de Luis le dolió mucho anoche que o quisiera hablar con él.
Elena: Es que él quiere hablar con su madre. Sólo quiere hablar con su madre. No quiere hablar con nadie
nada más que con su madre. Necesita aclarar cosas con su madre.
Mi esposa: Luego lo va a intentar papá con la mamá de Luis. A ver si puede ser y pueden comunicarse, hija. ¿Se lo pedimos a Jesús, a ver si puede ser?
¾Silencio.
Elena: Nada más que con su madre. Necesita aclarar cosas con su madre.
Mi esposa: Luego lo va a intentar papá con la mamá de Luis. A ver si puede ser y pueden comunicarse, hija. ¿Se lo pedimos a Jesús, a ver si puede ser?
¾Silencio.
Animador: ¿Qué hace?
María: No hace nada, está sentada.
Animador: ¿Cómo va vestida?
María: De blanco y azul.
Animador: Y, ¿por dónde lleva el pelo?
María: Melena.
Animador: Señálamela tú, por favor.
¾Me señala por el hombro.
El padre: Oye, Elena: hay un papá que está muy triste porque ha perdido a su niña hace quince días.
Elena: ¡Ajá!
El padre: Esta niña se llama Nieves (nombre supuesto). Es muy pequeñita, tiene dieciocho meses y se ahogó en una piscina. ¿Sabes algo de ella?
Elena: ¡Sí!
El padre: Se ahogó en ... ¿Me puedes contar algo? ¿Me puedes dar alguna señal para su padre?
¾breve silencio.
Animador: Hija, ¿cómo está esa niña? ¿Está bien? ¿Está tranquilita?
Elena: ¡Ajá!
Mi esposa: Cariño, ¿está con Inma, la niñita del hospital?
Elena: ¡No! Está en otro sitio.
Animador: ¿Podrías traerla ahora? ¿Podrías traerla?
Elena: ¡No!
Animador: Era para mostrársela a María, para que la viera.
Elena: Pero María no quiere.
Animador: ¿Tú no quieres? (dirigiéndome a María) ¿Tú no quieres verla?
María: ¡No!
¾A continuación pregunto a Elena por mi padre. Después María vuelve a estar con su pareja y, muchos niños le hacen una corona de flores y la despiden de vuelta a casa.
Al terminar la sesión, María no recordaba nada de lo que había hablado con Elena respecto de Luis ni de la conversación que tuvo Ricardo 14 años con su padre.
2ª Experiencia de la madre de Luis, el día siguiente.
En la noche del 11 de agosto, esta señora intentó tener su experiencia con “El vuelo de la mariposa”, pero no pudo conectar.
A continuación lo hizo el padre. Es la experiencia descrita en primer lugar.
Como durante la tarde del día siguiente (12 de agosto) la Sra. María estuvo hablando con Elena y ésta le dijo que Luis quería hablar directamente con su madre, pero que no podía porque ella no creía, al parecer, la madre se abrió lo suficiente como para conectar con él.
Estamos presentes mi esposa, el padre de Luis y yo.
La experiencia discurre como sigue:
Cuando la madre de Luis conecta con el Más allá, es un señor mayor con barba y túnica blanca quien la ayuda a encontrar a su hijo.
Cuando está frente a él, ésta se emociona. Supongo que se abrazan, porque esta señora llora en silencio. Le digo entonces que quiero hablar yo con Luis.
Animador: ¡Oye, Luis! Quiero que abraces a tu madre de manera que sepa que esto es real. Hazle sentírselo físicamente. ¡Abrázala de este modo! Sé que vosotros podéis hacerlo. ¡Ánimo!
La madre: No lo hace.
Animador: ¿Qué hace?
La madre: Está allí, mirándome. Como sorprendido de que esté allí.
Animador: Dile; hijo, ¿querías hablar conmigo? ...Pues aquí estoy. Dios me ha permitido estar aquí, porque yo también deseaba verte, abrazarte, hablar contigo y saber de ti... ¡Tantas cosas quiero saber de ti! Tú sabes cómo hablarle; ¡es tu hijo! No te cortes, expande tus sentimientos.
¾Un muy largo silencio acompañado por suspiros que no sé definir.
Animador: Estáis hablando, ¿verdad?...Bueno, vívelo como tú quieras.
La madre: No. (breve silencio) Tiene su polo azul y está peinado con la raya al medio con el pelo mojado. Y sonríe. ¡Esa sonrisa suya! Esa sonrisa suya.
Animador: Es que estás con él. ¡Créetelo! Créetelo que estás con él y él está contigo. Estáis ahí los dos.
¾Muy largo silencio acompañado por suspiros que no sé definir.
La madre: Nos sentamos en un banco.
Animador: Pregúntale todo eso que quieres preguntarle. Que qué hace, que cómo está... En fin.
¾Un muy largo silencio acompañado por suspiros que no sé definir.
La madre: Pero no contesta.
¾Más silencio.
Animador: ¡Abrázale tú! Tírate a él. Cógele del cuello e hínchate a besarle. ¡Venga!
La madre: ¡No le gusta!
Animador: ¡Ah!, ¿no le gusta?
La madre: No quiere que le besuquee.
Animador: Bueno, ¡Jo! Qué tío. Dile que qué hace, que a qué se dedica.
La madre: Ahora me echa la mano por encima.
¾Más silencio.
La madre (suspirando): ¡Es lo más real que he sentido! (llora, en silencio).
Se ríe porque le digo que su padre está enfadado con él. Se ríe, con esa sonrisa socarrona que tenía. Que no le dé importancia. Piensa que se le pasará. Que lo entenderá. Cosas de él, como cuando discutían... pero en plan bien, relajado. No me cuenta nada de él. En el ambiente está su hermana (su hermana está en la tierra, supongo que lo que quiere decir la señora es que Luis hace presente, mediante el recuerdo, a su hermana en ese momento).
¾Muy largo silencio acompañado por suspiros que no sé definir.
La madre: ¡Se va!
Animador: ¿Te ha dicho que se tiene que ir?
La madre: ¡No!, se levanta... Y se va.
Animador: Dile que te lleve al camino. ¡Acompáñame al camino, hijo! A ver qué hace.
La madre: Está la puerta al lado.
Animador: ¡Ah!, bueno. (largo silencio) Dile que vas a ir a verle más veces, que ahora ya sabes el camino y que él te espere ahí, en ese sitio en donde le has encontrado. ¡Díselo! Yo voy a venir aquí a verte, ¿tú quieres que venga?... Y tú me esperas aquí, ¿vale? Queda de acuerdo con él.
¾La señora afirma con un gesto.
Animador: Sí, ¿no?. Muy bien.
El padre: Dile que si voy yo a poder hablar con él, ya que ha hablado contigo.
(un muy largo silencio acompañado por suspiros que no sé definir)
La madre: ¡Sí! Se ríe; dice que no seas tonto. Le encanta hacerte rabiar. (silencio) Su hermana está también con él: ¡está pensando en su hermana!
¾Largo silencio acompañado por suspiros.
La madre: ...Le pregunto que si ha visto al perro y dice que sí.
¾Se refiere a un perro que tienen en casa.
El padre: Pregúntale que si sufrió.
La madre: No me quiere contar nada de eso.
El padre: Dile que quién fue a buscarle.
La madre: Tampoco me contesta, ni cómo vive... sólo de nosotros(le habla); de los tres. ...¡Se va!
Animador: ¿Te dice adiós con la mano?
La madre: Se van todos.
¾Entonces ya vuelve la señora de regreso.
A los pocos minutos vuelve a hacerlo el padre. Él, como dejé escrito más arriba, lo había hecho el día anterior.
2ª Experiencia del padre de Luis
Al terminar la experiencia su esposa, el padre de Luis vuelve a querer conectar con él. Para él esto es fácil y lo consigue rápidamente:
Ve a Elena, quien le lleva por una escalera hasta un templo. Este señor hace constar que es el mismo templo que vio con Brian Weiss.
¾Este tipo de símbolos son «Arquetipos».
El padre: Me lleva de la mano. Entro y en un banco está Luis esperando. Está de espaldas, en “plan chulo” ¾dice¾. ...Sigue mirando al frente, no me hace ni caso.
Animador: Ponte delante de él.
El padre: Se está riendo. (breve silencio). Me dice que yo sé que él está bien, que yo no necesitaba nada.
Animador: Pero hablar con vosotros es muy gratificante.
El padre: Dice que en definitiva es lo mismo; que yo le llevo en el corazón igual y que lo que siento ahora mismo es lo mismo que siento en cualquier momento, que lo tengo al lado.
Animador: Le digo que le pregunte por alguien que antes dijo que le gustaría preguntar.
El padre: ¡Ha venido mi abuela! ...Se le caen unas lágrimas. (llora).
Animador: Abuela; ¡un abrazo muy grande! (sigue llorando) Te abraza con mucho cariño ¿no? ¾Asiente¾ ...Y Luis ¿qué hace? Os está mirando.
El padre: ¡Sí! Él lo ve como si no pasara nada, como lo más normal del mundo.
¾Tras un corto silencio: ¡Ya no están! Es como si me hubieran dicho que están bien y que se conocen.
¾Le digo de regresar, pero él me dice que espere que va a ver si le saca algo. Voy a preguntarle por Nieves (nombre supuesto. Es una niña recientemente fallecida, hija de un amigo de él). Pero lo que dice en voz alta es: Me dice que mi cuñado está todavía reposando y que no va a venir.
Animador: Eso ¿quién te lo dice?
El padre: Luis. ...Bueno, no me lo dice, es como un sentimiento. ...Que sí, que está bien, pero que está en otro lado y que no, que no va a venir. No sé si es que no quiere, no puede, o... Y Nieves; me la presenta como si fuera una mariposa blanca con mucha luz, y muy juguetona y que está muy bien.
Animador: Cógela, acaríciala.
El padre: Me dice que consuele mucho a su padre. (rompe a llorar). Dice que yo ya sé lo que se sufre, que le ayude.
Animador: Dile que aprenda a mandar señales. Que la enseñen a mandar señales, que eso nos consuela mucho, nos da mucha esperanza.
El padre: Luis me dice que se tiene que ir ya. ...Me pone la mano hacia arriba para darnos una palmada en el aire. ¡Es un pasota! (argot).
Animador: ¿Y Nieves, la niña?
El padre: Nieves sigue revoloteando también por allí, pero fuera ya de mi alcance.
Animador: ¿Se van?
El padre: ¡Sí!
Animador: Sal de ahí y ve hacia el estanque. Y al llegar allí, busca a Elena.
El padre: Me está esperando abajo.
¾Se despiden y finalmente vuelve de regreso.
Los dos comentaron que Luis no les había dado ninguna información.
Nuevo contacto con Luis, a través de otra señora, unos días después.
Es la 3ª experiencia de la señora Mª del Carmen con “El vuelo de la mariposa” Estamos presentes su esposo, mi esposa y yo. Estamos en mi casa.
Este matrimonio conoce a la familia de Luis; a ellos también se les fue una hija (Mamen, 21 años). Se conocieron después del fallecimiento de sus hijos.
Sólo voy a transcribir la parte de la experiencia que tiene que ver con Luis.
Como yo les había explicado las experiencias que, unos días antes, tuvieron los padres de Luis, en un momento dado de su conexión dice:
Mª del Carmen: ¿Le pregunto (a su hija) por Luis a ver si puede venir? Es que me ha “venido” de pronto.
Animador: ¡Claro que sí!
Mª del Carmen: Dicen que sí, que también conocen a Luis. Dice (Mamen) que le está costando... ¡Que está muy cerrado!
Animador: ¿Qué quiere decir eso?
Mª del Carmen: Dice que está un poco cerrado. ¡Vamos, como si estuviera un poquito enfadado. Enfadado de estar allí donde está.
Animador: ¿Él no quiere estar allí? ¿No está a gusto?
Mª del Carmen: ¡No! Él dice que ya no quiere estar tanto allí. Que ya lo que quiere es irse ya con ellos, ya. O sea con Mamen, con Eva, con este niño (el niño que conectó María, que tenía 14 años. La Sra. Mª del Carmen acababa de conectar también con él), y Elena. Lo que pasa que dice que le está costando mucho trabajo.
Animador: ...Salir del sitio donde está, porque él no está allí contento.
Mª del Carmen: No, ya no. Dice que antes estaba un poco..., bueno, que le daba igual. Pero que ahora..., dice que no, que ahora lo que quiere es irse más con ellos.
Animador: Mamen, ¿eso quiere decir que lo que quiere es evolucionar?
Mª del Carmen: ¡Eso! (habla con Mamen): Dice que sí. Dice que sí. Que está poco evolucionado y que ellos quieren ayudarle. Que ellos intentan ayudarlo y piensan que lo van a conseguir. ¡Hombre!, que les va a costar un poquito, pero ¾dice¾ yo como tengo tanta paciencia, ya sabes que yo soy al revés que tú (a su madre), que tú tienes poca.
Animador: Todo eso te lo está contando Mamen. Pero Luis... (me interrumpe).
Mª del Carmen: Sí, Mamen. Luis está ahí.
Animador: ¿Está Luis ahí?
Mª del Carmen: Pero no me está diciendo nada. Me lo está diciendo Mamen.
Animador: ¡Abrázale! Abrázale.
Mª del Carmen: Le estoy abrazando... (la interrumpo).
Animador: ¿Se deja?
Mª del Carmen: ¡Sí! Se deja, sí. También me abraza a mí.
Animador: Luis, el otro día dejaste un poco triste a tu madre.
Mª del Carmen: Dice que sí. Que lo siente de verdad.
Animador: Es que fuiste muy poco cariñoso.
Mª del Carmen: Dice que sí, que comprende que a él le cuesta demostrarlo.
Animador: Pues tienes que esforzarte.
Mª del Carmen: Dice que con la ayuda de..., sobre todo de Mamen. Que Mamen tiene mucha paciencia y que él necesita personas así, con esa paciencia de Mamen y que con ella lo va a conseguir.
Animador: Luis, como tu madre ya ha tenido esa experiencia, ya va a estar más abierta.
Mª del Carmen: Dice que sí, que tiene que estar ya más contenta.
Animador: ...Y a ver si tú te puedes acercar más a ella en sus sueños.
Mª del Carmen: Dice que sí.
Animador: ...Y cuando te acerques en sus sueños; abrázala mucho, que es lo que ella necesita.
Mª del Carmen (llora): Dice que Mamen le va a ayudar mucho.
Animador: ¡Claro!. Venga, tú abraza mucho a tu madre, que ella lo necesita, ¡hijo! Y sé muy feliz y ve evolucionando. (entre tanto la señora Mª del Carmen llora asintiendo). Y a tu padre; ¡macho...! (quiero decirle que tenga un poco de consideración con él, porque él sufre con su actitud).
Mª del Carmen: Dice que sí, que su padre ayuda mucho a la gente, que ayuda mucho y que no se preocupen que Mamen le va a ayudar a él. (llorando) Y que dice que tiene mucha paciencia.
Animador: Eso es lo que tienes que hacer, Luis. Y como ya quieres hacerlo, pues ¡ala! Y Jesús, ¿has visto a Jesús? Luis
Mª del Carmen: Sí, dice que sí.
Animador: Y Jesús ¿qué te dice?
Mª del Carmen: Pues lo mismo. Que deje que le ayuden, que no se encierre tanto. Y que Mamen, desde luego que le va a ayudar mucho, me dice, porque... (llora).
Animador: ¡Claro! Porque esa es la función de Mamen; ayudar a todos los niños. Porque ella es muy feliz con esa tarea.
¾Como Mª del Carmen sigue llorando le digo a Mamen que la abrace.
Mª del Carmen: Me dice que sí, que con lo que ella tiene que hacer allí, cómo me voy a pensar yo que ella iba a estar aquí mejor, que no.
Animador: ¡Claro!
Animador: Esto te tiene que ayudar a consolarte. Ya ves lo feliz que es tu hija.
Mª del Carmen: Claro que sí. Ella dice que ayuda a muchos así. Que ahora voy a ayudar a Luis porque ¾dice¾ tú sabes muy bien cómo soy y a mí me gusta ayudar a la gente como Luis. Que siempre he sido así.
Animador: Eso es actuar con amor.
Más adelante, estando Mª del Carmen frente a Jesús me dijo que quería hacerle una pregunta que nunca se había atrevido a hacerle. Le dije que ¡adelante!
Mª del Carmen: Le quiero preguntar que por qué se ha tenido que ir ella y no yo que soy más vieja.
¾La respuesta que recibió fue: «¡Porque tu hija se lo merece!».
¾Sin comentarios.
Al finalizar insisto en animar a Luis para que comience su nueva andadura, y le exhorto para que sea más cariñoso con sus padres.
Seis meses después, a través de otra señora comprobaron que Luis seguía en el mismo lugar en el que lo encontramos durante estas experiencias. Parece ser que esta mujer le convenció de nuevo y que salió de allí. Ella le está haciendo un seguimiento de cerca para evitar que dé marcha atrás.
Final.
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