2º Vuelo de Mariano
En este mi segundo vuelo, hemos comenzado José Luis y Encarnita y ha sido ella a petición de José Luis quien comenzara la oración-relajación del vuelo hasta salir del templo que me he visto igual que la vez anterior, vestido en plan griego con una camisa o blusa blanca de manga corta y que al llevar un cinturón de piel con monedas incrustadas en la cintura deja como una especie de minifalda. Sandalias con pequeñas correas por los tobillos y lo para mí curioso, como la otra vez, es que me veo como de 30 años y tengo 60. José Luis me veía vestido de Superman y él no conoce mi afición por el superhéroe americano.
He ido caminando muy poco trecho pues enseguida me he visto pequeñito como con alas de libélula e iba saltando de un árbol a otro rozando las hojas. Luego José Luis me ha dicho que volara más alto y he visto la ladera de una montaña y poco después estaba en la cima, pero era una montaña escarpada, como una cordillera y andaba bajo el sol por el filo más alto de la misma. No ha durado mucho porque ha aparecido una cigüeña gigante que me ha cogido con sus patas, con dulzura y me ha llevado suavemente abajo hasta una playa. José Luis me ha preguntado si le he echado polvo de estrellas pero le he dicho que no pues cuando he salido del templo no me he visualizado llevando como la otra voz una mochila con el polvo, pero la incorporo y ahora ya la llevo. Allí me he visto enfrente de la cigüeña que tenía mi altura y por indicación de José Luis le he echado polvo de estrellas, la he cogido la cabeza y la he acercado a mi pecho y he sentido y visto que se trasformaba en Dolors y me he emocionado mientras la abrazaba. Estoy llorando pues me coge la cara y me acaricia las mejillas sonriendo. La veo con un vestido que llevaba cuando se quedó embarazada de Alana. Me ha cogido de la mano y hemos empezado a correr por la playa y nos abrazamos.
Parados en la playa me he emocionado y lloraba cuando Dolors me dice que me va a presentar a sus amigos. No puedo hablar de la emoción hasta que me tranquilizo. Después de estar un rato juntos han aparecido en la playa Nazareth, Manuel, una niña pequeñita rubita Dunia que se me ha cogido a una pierna.
Me pasa que ayer hice una meditación, me hice un vuelo yo mismo y los vi y ahora los estoy viendo otra vez, aunque ayer me visualicé como un caballero de la Edad Media con armadura, montado a caballo y Dolors iba detrás de mí y entonces aparecieron Manuel … y ahora también veo a Aday y explico que ayer sin yo quererlo me salió un vuelo y José Luis me dice que de eso se trata, siempre que lo hagamos como una oración…
Ahora veo a Don Lupe, el padre de Lety y a Don Arnulfo, el padre de Clau y se acercan y me han abrazado (me emociono otra vez) y Dolors me tiene cogido de la cintura y me vuelve a decir que esos son sus amigos y tengo en una pierna a Dunia y en la otra a Víctor, el hijo de Antonio y me rio porque me está tirando de la faldilla que llevo y estamos en la playa con un mar tranquilo sin olas. Encarnita me va diciendo que eso es así.
Encarnita me dice que me fije que hay más gente. A mí se me ocurren pensamientos como si Dolors me dijera que cuidara de Alana y Daniel. José Luis me dice que no analice, que eso es la comunicación telepática. Encarnita me dice que si no analizo puedo llegar a oír el sonido de su voz. José Luis me explica que en la comunicación telepática el otro pone los pensamientos en nuestro cerebro y al oírlo con nuestra mente parece que sea uno quien lo piensa y por eso cuesta tanto creerlo.
Ahora me veo de espaldas, como si yo estuviera detrás de todos y Dolors me tiene cogido por la cintura y vamos todos cogidos de la mano con Don Lupe y Don Arnulfo, o sea, los veo por detrás Aday, Don Arnulfo, Dolors, Mariano, Don Lupe, Dunia, Víctor que va pegando patadas en el agua haciendo salpicones y Manu le coge de la mano y le revolotea el pelo y le dice chaval, no seas tan travieso que nos está mojando a todos.
Vamos paseando por una playa larguísima que no tiene fin y que se extiende entre el mar y una selva con palmeras. La selva está a la izquierda del lado de Aday y el mar a la derecha del lado de Manuel y de pronto he visto que venía alguien montado en un caballo blando frente a nosotros. Cuando ha estado más cerca he visto que era Jesús que ha bajado del caballo blanco y se ha unido a nosotros y nos ha dicho que nos sentáramos en círculo. Jesús está con las piernas cruzadas y con una mano coge a Manuel y con la otra a Aday.
Jesús dice que podríamos cantar una canción. Es muy difícil de explicar porque la canción es una luz que hay en los corazones de todos, sube por dentro y se mete por las cuerdas vocales y miramos al cielo y sale luz de nuestras bocas, en vez de ser sonido sale luz, es la canción de Jesús que no se oye, es luz que sale de los corazones de todos y se va hacia arriba. De pronto me he emocionado y me ha entrado la risa que no me deja hablar hasta que puedo explicar que me rio porque se han soltado del grupo Dunia y Víctor y están en el centro bailando.
Ahora nos hemos levantado y Jesús se ha puesto a mi derecha y me ha puesto una mano sobre el hombro y llevando yo a Dolors de la mano dice que vayamos a dar un paseo y los demás nos van siguiendo y es un paseo que no se acaba nunca pues la playa es muy larga. Jesús va descalzo y tiene unos pies enormes, preciosos, con los dedos perfectamente formados, unos pies muy bien hechos.
Encarnita me dice que eche una mirada pues hay más gente que conozco y José Luis me dice que le pida a Jesús que me ayude a percibirlos a todos. Veo que viene corriendo por detrás Nazareth que es como si antes se hubiera ido y ahora viene corriendo para unirse. Jesús me ha puesto las manos en los hombros y me dice “Ay Mariano, Mariano” pero no sé que me quiere decir. Me ha abrazado y me ha cogido la cabeza y me la ha puesto a la altura de su pecho y con una mano me acaricia la cabeza y luego ha cogido a Dolors y hace lo mismo, nos tiene a los dos apretadas nuestras cabezas contra su pecho y nos acaricia. Me río porque el resto de personal se han cogido de la mano y forman un corro dando vueltas alrededor.
Encarnita me dice que eche una mirada pues hay más gente que conozco y José Luis me dice que le pida a Jesús que me ayude a percibirlos a todos. Veo que viene corriendo por detrás Nazareth que es como si antes se hubiera ido y ahora viene corriendo para unirse. Jesús me ha puesto las manos en los hombros y me dice “Ay Mariano, Mariano” pero no sé que me quiere decir. Me ha abrazado y me ha cogido la cabeza y me la ha puesto a la altura de su pecho y con una mano me acaricia la cabeza y luego ha cogido a Dolors y hace lo mismo, nos tiene a los dos apretadas nuestras cabezas contra su pecho y nos acaricia. Me río porque el resto de personal se han cogido de la mano y forman un corro dando vueltas alrededor.
Le digo a Jesús que quiero hablar con Dolors, pero me dice que no puedo todavía. Pero sin embargo, le he preguntado a Dolors que hacía con su hermano y me ha dicho (es mi pensamiento quien habla, la telepatía que decíamos antes), “ten paciencia con él y sigue como hasta ahora”. José Luis me pregunta si me ha satisfecho la respuesta y le digo que es una respuesta de amor, que yo lo único que hago es rezar por él todas las noches porque no le puedo ayudar de otra manera. Le he preguntado a Dolors si está con su padre y con su madre y me dice que los puede ver. José Luis me dice que le pregunta si pueden venir. Veo que su padre está pescando pero no viene y su madre (lo veo difuminado) yo no llegué a conocerla porque se fue cuando Dolors tenía 19 años.
Es como si se acercara con mi madre y me echo a llorar al abrazarme la madre de Dolors y me ha dicho “gracias por querer a mi hija”. Mi madre y Dolors también nos abrazamos, los cuatro, pero no son abrazos físicos, es como si nos fusionáramos, como si fuéramos energía. Dolors me dice que está muy contenta de que haya venido y me sonríe. Hablo con ella sobre nuestros hijos y me dice que siga como hasta ahora.
Estamos en un atardecer sentados en un corro con Jesús pero se hace de noche y han encendido una hoguera en el centro y fuera del círculo está la madre de Dolors hablando con la mía. Encarnita me dice que mire más y veo a mi padre que está hablando con el padre de Dolors que no se conocieron en vida pues mi padre se fue mucho antes. Y se nos ha acercado a Dolors y a mí, Pilar, que es la pareja de mi hermano Jesús que se fue poco después que Dolors también por cáncer. Encarnita me dice que si me fijo tengo allí toda la familia y efectivamente empiezo a ver… pero me digo a mi mismo que es como si los recordara. Encarnita me dice que están allí porque los está viendo… estoy viendo a los hermanos de mi madre, a mi tío Juanito que está joven, que se fue con 70 pero aquí tiene 30 y me enseña un revólver de madera que él esculpió y que me regaló en unas vacaciones que fuimos a Zaragoza. Veo a mi tío Ramón a mi tío Manolo, a mi tía Gloria.
Es de noche pero está iluminado y la playa está llena de muchísima gente de manera que no se ve la arena de la playa pues la tapan las personas. Se ve el mar un río de miles de personas y las palmeras. Están caminando, es como el río de la vida, todos paseando, y es imposible describir como van vestidos pues es de noche y solo veo que delante se ve a la figura de Jesús iluminada encabezando el paseo. “Es el paseo de la Vida”.
Estoy abrazando a Dolors y no sé porque siempre me veo vestido de griego y con melenas. Le pregunto a Dolors y me dice que yo siempre he sido un cachondo mental. José Luis me dice que si me siento cómodo de esa manera pues ya está. Lo importante no es porque se llega sino qué es lo que se experimenta, hay que vivirlo y vivirlo y cuando lo vives muchas veces llega un momento en que no te cabe ninguna duda y ya no se trata de saber si es real o no sino hasta qué punto es terapéutico, hasta qué punto va a ejercer influencia en tu manera de ver la vida a partir de ese momento y es muy consolador, así que es muy terapéutico y aunque sólo sea por eso ya hay que aceptarlo, que lo viva cada cual como un sueño, como algo real o menos real, lo que quiera, pero desde luego es muy hermoso y además no es adictivo.
¡Es impresionante! Los miles y miles de personas que hay en la playa están empezando a elevarse flotando en el aire, hacia arriba y se están perdiendo con las estrellas, suben todos hacia arriba y se pierden en el universo, en las estrellas. Miles y miles de personas suben hacia arriba y ahora se ve otra vez la playa vacía pero de noche, se han marchado y me he quedado solo con Dolors y está toda la playa de noche iluminada por la luz de la luna y Dolors me abraza y me sonríe y me da golpecitos con la mano en la cara con cariño y de pronto ya estamos como otras veces corriendo o trotando a saltitos en plan de dos niños pequeños que van corriendo alegres por la playa. Nos hemos parado otra vez y me dice que siga así, “sigue así, sigue así”… y ahora estamos flotando por el espacio y se ve la playa alejándose y es una especia de paisaje nocturno visto desde arriba, la playa cada vez más pequeña y una selva profunda que llega hasta la misma y me río porque Dolors me está cogiendo como si bailáramos un vals, que nunca hemos bailado, pero lo hacemos girando en el cielo y se está despidiendo y me dice: “¡Ala!, que ya está bien, me voy” le doy un besito en los labios y otro en la frente cogiéndole las mejillas con las manos y me echo a reír porque se ha ido pitando, se ha ido mucho más arriba, se ha ido volando hacia arriba a gran velocidad, como las otras personas y aquí me he quedado yo flotando en el aire sólo.
Ahora estoy andando por un campo y es de día y veo que voy en dirección al templo, pero es de día y está todo verde. Se han abierto las puertas, he cerrado el baúl y me he quedado con la mochila y salgo volando por dentro del templo, en vez de salir andando y me he metido en el cono de luz. Ahora sí que me veo vestido de Superman, como me ha dicho antes José Luis.
Estoy bajando y Encarnita y José Luis van de la mano detrás de mí brillando y ahora nos separamos y cada uno se ha ido a su casa. Lo he visto desde fuera del planeta Tierra, viendo la Tierra y el rayo se ha dividido en tres partes y cada uno se ha ido a su sitio.
Una vez fuera del vuelo hemos estado hablando con Encarnita y José Luis que lo difícil del tema es que las respuestas a tus preguntas las oyes en tu interior con tu propia voz o tu propio pensamiento. José Luis explica que eso es debido a que en la comunicación telepática la otra persona pone los pensamientos y sentimientos y tu cerebro tiene que traducirlo y al hacerlo lo hace y parece que tú eres quien lo piensa. Encarnita puntualiza que eso es así al principio, que con la práctica, por su propia experiencia, llega a diferenciar los tonos de las veces de cada persona.
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