viernes, 1 de octubre de 2010

Relato de El vuelo de la mariposa de Rubén

2ª Experiencia de mi hijo Rubén
15 de noviembre del 2003; (17 horas)

Estamos mi hijo Rubén, su novia Isa, mi esposa y yo.
Desde hace un mes aproximadamente sabemos que Elena se había elevado de plano. Había estado unas cuantas sesiones sin aparecer durante “El vuelo de la mariposa”. Nos dijeron que estaba ocupada, pero al fin, cuando volvió a aparecer fue cuando nos contó su cambio. A pesar de que yo había notado un cambio en la manera de hacer de Elena, ¾durante “El Vuelo...” se presentaba sólo si me sentía desorientado¾, no habíamos profundizado sobre esto, ya que las sesiones eran para otras personas. Pero esta vez es para “nosotros” y podremos conocer en qué ha consistido ese cambio.

Inmediatamente después de hacerle la relajación, se ve vestido de Peter Pan y se siente impulsado por una fuerza que le lleva hacia un pueblo con las casas de piedra (de tipo serrano). Siente que le hacen fijarse en un reloj que hay en una de ellas. Éste marca las 13 horas. Le digo que entre en esa casa. Al entrar ve que hay una chimenea encendida y una mesa preparada para comer, sin embargo no ve a nadie. Pero enseguida siente que hay niños escondidos que se están riendo. Le digo que los busque porque están jugando con él. Me dice que salen corriendo de una habitación a otra.
La experiencia continúa como sigue:
Animador: Pregúntales; ¿quién es el que más manda aquí?
Rubén: Yo.
Animador: Y tú, ¿quién eres? Ven y dame un abrazo que es lo primero que hacen los amigüetes.
Rubén: No. Me dicen que mando yo.
Animador: ¡Ah! , claro es que eres Peter Pan. Pues diles (jugando) que quieres que formen todos delante de ti. Los grandes delante, los pequeños detrás en dos filas. Lo dice el capitán.
Rubén: Me dicen que hasta dónde quiero llegar.
Animador: Hasta donde ellos quieran jugar contigo.
¾Insisto en que les diga que formen y se presenten uno a uno.
Rubén: No quieren que les vea porque les pasa algo.
Animador: Pregúntales; ¿qué os pasa?
¾Breve silencio:
Rubén: ¡Están feos!, dicen.
¾La respuesta me confunde.
Animador: Los niños nunca están feos. Los niños son todos muy guapos. Venga, ¡salid! Que os quiero ver.
¾Silencio.
¿Qué hacen?
Rubén: No sé, no estoy seguro... Es como si oyera la risa de Elena.
Creo que ella también está de visita allí.
Animador: Dile a ver Elena. Venga, ¿estás por aquí? Que me ha dicho papá que tenías ganas de hablar conmigo. Sal y dame un abrazo.
Rubén: Está detrás.
Animador: ¿Está detrás de ti?
Rubén: ¡Sí!
Animador: Bueno. ¿Y qué hace? ¿Te coge?
Rubén: ¡Sí! Han salido los niños.
Animador: ¿Están delante?
Rubén: ¡Sí!
Animador: ¿Son pequeñajos?
Rubén: ¡Sí!
Animador: Pues cógelos y abrázalos. ¿Cuántos son dos o más?
Rubén: Son por lo menos seis o siete.
Animador (creyendo que Elena le ha preparado una recepción de cuento infantil: Dile a Elena: ¿son niños o son los enanitos?
Rubén: Son niños enfermos.
Animador: ¡Ah! ¿Sí?
Rubén: ¡Sí!
Animador: Pues vuélvete. Abraza a Elena y dile que te explique ella cómo es que hay niños enfermos en el Cielo.
Rubén: Son heridas de guerra.
Animador: Bueno, pero ya están bien ¿no?
Rubén: Sí. Se los ha traído allí. A un sitio nuevo y tranquilo. Han estado en la guerra.
Animador: Abraza a todos los niños y Elena que los abrace también.
Rubén: Los está cuidando.
Animador: Pero estos niños ¿están felices?
Rubén: ¡Sí! Son más pequeños que ella.
Animador: Di a Elena que ¿por qué decía que estaban enfermos?
Rubén: No, eran ellos. (quieneslo decían)
Animador: Bueno que ¿por qué ellos dicen eso?
Rubén: Porque están con heridas.
Animador: Di a Elena que les quite todas las heridas.
Rubén: ¡Las importantes ya no están!
Animador: Que les quite todas, que los cure con su luz, que les ponga las manos y que se vayan viendo uno por uno cómo se llenan de luz y que las heridas desaparecen. Ellos no tienen ya un cuerpo que les haga sufrir. Que lo haga si puede. ¿Lo hace?
Rubén: Me dice que no hace falta. Que las importantes ya no están.
¾Suponemos que se refiere a las heridas psicológicas provocadas por el terror a los bombardeos.
Animador: Pregúntale; y ellos ¿cómo se sienten?
Rubén: ¡Están bien!
Animador: ¿Están felices?
Rubén: ¡Si!
Animador: Entonces no están feos.
Espíritu Elena: ¡No!
¾Sin embargo ellos se siguen viendo deformes.
Animador: Son niños y niñas, ¿no?
Rubén: ¡Sí!
Animador: ¿Acaban de llegar estos niños?
Rubén: Llevan un tiempo con ella.
Animador: Dile si tú puedes participar para que esos niños se sientan contentos, que te diga lo que tienes que hacer.
Rubén: Ya he hecho lo que tenía que hacer.
Animador: ¿Qué es lo que has hecho?
Rubén: Transmitiros dónde está ahora mismo haciendo cosas con los niños.
Animador: Bien. Dile que ¿qué te quería decir?
¾Largo silencio.
Animador: Te está diciendo cosas.
Rubén: ¡Sí!
¾Más silencio.
Rubén: Que me preocupo demasiado por todo. Que las cosas van mejor de lo que yo me creo. ¡Que está conmigo!
Animador: Dile que si está viendo a Isa.
Espíritu Elena: Sí, siempre estoy con ella.
Animador: ¿La ves ahora?
Rubén: ¡No!
Animador: ¿No?... ¡Elena! ¾mira a ver si me oye. ¿Me oyes, hija? Elena, ¿me oyes?
Espíritu Elena: ¡Sí!
Animador: ¿Me ves?
Rubén: Te oye.
Animador: ¿Pero no me ves? ¿No ves que me he cortado el pelo?
Espíritu Elena: ¡Estás muy majo!
Animador: Bueno, entonces es que me ves, ¿no? ¿Estás viendo a mamá?
Espíritu Elena: ¡Sí! ¡Siempre estoy con ella!
Animador: Pero, ¿la estás viendo ahora?
Espíritu Elena: ¡Sí!
Animador: Y ¿a Isa? Está sentada al lado de mamá. ¿La ves?
Espíritu Elena: Dile que sí.
Animador: Bueno. Te va a hablar Isa y luego mamá, ¿vale? ¿Quieres?
Espíritu Elena: Que sois unos “pesaos” Que qué queréis.
Animador: Venga Isa, habla con ella.
Espíritu Elena: Dile que la quiero.
Animador: Elena, Isa se corta... No sabe qué decirte.
Isa: ¿Me tienes que decir tú a mí algo?
Animador: ¿Qué le quieres decir?
Espíritu Elena: Que sigas así que vas bien.
Rubén: Eres muy buena, me dice.
Animador: ¿Quieres que tengan un niño? ¿Qué te hagan tía?
Espíritu Elena (sonriendo): Si te parece...
Animador: Y tú le vas a cuidar mucho, ¿verdad, hija?
Mi esposa: ¿Conoces tú ya al niño o niña que van a tener, Elena?
Rubén: No puede decir nada.
Animador: No lo puedes decir.
Espíritu Elena: ¡No!
Rubén (dirigiéndose a su novia): Te quiere decir algo sobre unos amigos.
Isa: ¿Qué me quieres decir, Elena? ¿Son unos amigos que tienen un niño?
Espíritu Elena: ¡Sí!
Isa: ¿Qué me tienes que decir?
Espíritu Elena: Que les queráis mucho.
Isa: Porque ellos nos quieren mucho a nosotros, ¿a que sí?
Espíritu Elena: ¡Muchísimo! ¡Muchísimo!
Isa: ¿Y estás cuidando a Santi? (nombre supuesto)
Espíritu Elena: ¡Sí!
Animador: Hija, tú vas a su casa y cuidas de él?
Espíritu Elena: Tengo quien lo hace.
Animador: ¡Ah! (bromeando) O sea que tú ya mandas...
¾Sin embargo, ella no participa de la broma:
Rubén: No, dice que le hacen el favor de hacerlo.
Animador: Porque tú estás muy ocupada, ¿verdad hija?
Rubén: ¡Sí! Dice que ahora es importante lo que hace.
Animador: Y ¿qué es lo que estás haciendo ahora, Elena?
Espíritu Elena: Les ayudo a olvidar la guerra.
Animador: Esos niños, ¿de qué guerra son?
Espíritu Elena: Son de Irak.
Animador: ¿Han muerto muchos niños allí en Irak, hija?... ¾breve silencio. Esos niños que están ahí contigo, ¿están en la Tierra o ya están en el Cielo?
Espíritu Elena: ¡Están conmigo!
Animador: ¿Se han ido al Cielo ya?
Espíritu Elena: ¡Sí!
Animador: ¿Y cuidas también de los otros niños que aún están en la Tierra?
Espíritu Elena: Hago lo que puedo. Hay otros como yo allí.
Animador: Elena, ¿qué nos puedes decir de los abuelos de Rubén? ¿Qué sabes de ellos?
¾La abuela se fue hace dos años. Sabemos que estaba en su casa cuidando de su marido. Él se fue hace seis meses.
Espíritu Elena: ¡Están muy bien!
Animador: ¿Están descansando o ya no están descansando?
Espíritu Elena: ¡Han encontrado lo que buscaban!
Animador: ¿Puedes conectar con ellos, para hablar con ellos?
Espíritu Elena: ¡No!
Animador: ¿Por qué?
Espíritu Elena: No es el momento.
Animador: Elena, ¿qué sabes de mi padre? ¿Cómo está? Porque hace mucho que no sé de él.
Espíritu Elena: ¡Descansa!
Animador: ¿Está descansando ahora? ¿Está en el hospital?
¾Mi padre se fue dos meses antes que Elena. Ya hemos hablado con él; una vez lo hizo con mi esposa durante un curso de Hemy-Sinc y  otras dos veces conmigo mediante “El vuelo de la mariposa” ¾una a través de una señora, en la que  me agradecía la ayuda que le estaba prestando con mis consejos y oraciones. Y otra en una experiencia mía, en la que le vi muy contento haciéndose una casa y cuidando una huerta. Suponía que el proceso del “descanso” ya lo habría pasado, sin embargo, por lo que nos está diciendo Elena, esto no ha sido así.
Rubén: Está tumbado.
Animador (dirigiéndome a Rubén): ¿Le estás viendo tú?
¿Se lo puedes mostrar a Rubén? ¿Podemos hablar con él?
Rubén: No habla con nadie. ¡Está tumbado! Yo le veo tumbado.
Animador: Pero cómo está ¿dormido?
Rubén: Está como muerto.
Animador: Pregunta a Elena que qué hace así.
Espíritu Elena: ¡Sólo descansa!
Animador: ¿Y cuando se despierte, qué tendrá que hacer, Elena?
Rubén: Que ella no le puede mandar hacer cosas.
Animador: Ya. Pregunto que ¿qué es lo que hará? ¿Te verá a ti?
Espíritu Elena: Espero que haga lo que yo hago.
Animador: Pero ¿él te va a ver a ti cuando se despierte?
Espíritu Elena: Sólo si quiere.
Animador: Pero él querrá verte, ¿no? Porque él te quiere ¿no?
Espíritu Elena: ¡Sí! Eso me dijo.
¾Cambiando de tema.
Animador: Elena, el otro día ¿hiciste una señal con una foto tuya en casa de Paqui? (la madre de Rubén)
Espíritu Elena: ¡Sí!, fui yo.
Animador: ¿Y qué les querías decir con esa señal?
Espíritu Elena: Que no se preocupasen. Que estoy allí.
Animador: Bueno. ¿Entonces los abuelos de Rubén; qué, ¿tienen una casa? ¿Están juntos?
Espíritu Elena: Se están conociendo.
(Se refiere a que se están conociendo a ellos mismos)
Animador: ¡Ah, muy bien! El abuelo Ángel (mi padre) ya se ha conocido, ¿no?
Espíritu Elena: ¡Sí!
Animador: Por eso ahora está descansando[1], ¿no?
Espíritu Elena: ¡Sí!
Animador: Para recuperarse.
Espíritu Elena: ¡Sí!
Animador: Y las abuelas; la de mamá y la mía, ¿hace mucho que no las ves?
Espíritu Elena: Hace ya.
Animador: Elena el otro día nos dijiste que habías estado cambiándote de plano, que te habías elevado. Eso qué significa, que lo podamos entender. Eso ¿qué quiere decir, hija?
¾Largo silencio.
Rubén: No lo entiendo.
¾Repito la pregunta de otro modo.
Rubén: Es que el que no la entiende soy yo.
Animador: Bueno, que te lo explique. ¿Qué quiere decir que te has elevado?
Rubén: No entiendo la explicación. Me habla en otro idioma.
Animador: Dile que en qué idioma te está hablando.
Rubén: No llego al entendimiento.
Animador: ¿Se lo puedes explicar de modo que Rubén entienda qué es lo que quieres decir?
Espíritu Elena: Son cosas importantes como las que hago ahora. Todo es importante. (ver reflexión al final)
Animador: Elena, sabes que Rubén habla italiano. Fabio es italiano (Fabio es un joven que está empezando a comunicarse conmigo, pero conmigo lo hace en español. Aunque esto da lugar a nuevas dudas porque en realidad lo que creemos es que nos envían sus mensajes en forma de sentimientos y no pronuncian ninguna palabra). Podrías presentárselo para que hablara con él?
Rubén: Elena también sabe italiano.
Animador: ¿Te está hablando en italiano?
Rubén: Me habla y se ríe. ¾nos dice en esa lengua que “hoy no es posible”
Animador: Elena, puedes presentar a Rubén a Jesús?
Espíritu Elena: ¡No!, hoy sólo quería que vierais lo que estoy haciendo.
Animador: ¡Ah! O sea que estás cuidando de los niños de la guerra, ¿no?
Espíritu Elena: ¡Sí!
Animador: Muy bien. Y, ¿cómo te parece que estoy haciendo “El vuelo de la mariposa”? Lo estoy haciendo regular, bien? ¿Qué tengo que mejorar? ¿Me puedes aconsejar?
Espíritu Elena: Tú lo haces bien.
Animador: Bueno. Y tú me ayudas siempre, ¿no?
Espíritu Elena: ¡Sí!
Animador: Aunque tú no aparezcas...
Espíritu Elena: Estoy alerta.
Animador: Vale. Y no tengo que temer que se nos meta algún espíritu maligno, ¿verdad, hija?
Espíritu Elena: Siempre hay que estar al acecho.
Animador: Pero yo estoy tranquilo porque es Jesús el que quiere que yo haga esto, ¿no, hija?
Espíritu Elena: Haces bien tu trabajo.
Animador: Porque estoy confiando en Jesús plenamente.
Espíritu Elena: Él me lo dice.
Animador: ¡Vale!
Isa: Elena, el otro día ¿por qué no pudo contactar Rubén contigo? ¿Quiénes eran esos señores que iban detrás de él?
Espíritu Elena: Eran especialistas.
Isa: ¿Pero eran buenos o malos?
Espíritu Elena: Eran profesionales.
Isa: ¿Malos?
Espíritu Elena: No, era buenos, pero no les gusta que nadie se meta en su trabajo.
Animador: Pero nosotros no nos metimos. Lo que ocurrió es que de pronto Rubén estaba en un lugar del “bajo astral” Un lugar muy bajo. ¿Por qué ocurrió así? ¿Quién provocó eso? Porque Rubén quería hablar contigo.
Espíritu Elena: No estaba en condiciones de venir.
Animador: ¿Tú no estabas en condiciones de venir?
Espíritu Elena: ¡No!; Rubén.
¾Ojo al dato: “Rubén no estaba en condiciones para venir” Esto confirma que con “El vuelo de la mariposa” nos desplazamos a algún lugar en el que conectamos con ellos.
Animador: ¿Por qué?
Espíritu Elena: Ni él quería, ni nosotros tampoco.
Animador (preguntando a Rubén: ¿No querías ir?
Rubén: No tenía ganas.
Animador: Ahora tampoco tenías muchas ganas...
Espíritu Elena: Sin embargo nosotros sí queríamos ahora.
Animador: ¿Qué sabes de su profesor? ¿Qué le puedes decir a Rubén de él?
Espíritu Elena: Sigue de profesor.
Rubén: Y ¿le puedes llevar con él para que le dé un abrazo y le salude?
Espíritu Elena: ¡No!
Animador: ¿Quieres enseñarle el Paraíso?
Espíritu Elena: Está de baja forma.
Animador: Una cosa más Elena; ¿y Carolina (nombre supuesto), cómo está. Ayer hablé con su mamá. ¿cómo está Carolina?
Espíritu Elena: Está nerviosa. ¾no sé si lo dice Rubén o Elena.
Animador: ¿Quién, Elena o Carolina?
Rubén: Carolina.
Animador: ¡Ajá!, claro. Elena; parece ser que Carolina no manda señales a sus papás? ¿No sabe mandar señales?
Espíritu Elena: Hay que abrirse más.
Animador: Ellos se tienen que abrir más ¿verdad?
¾Justamente esto es lo que le dije la noche anterior a la madre de esta niña. Mi hijo, naturalmente desconocía este hecho y, tampoco sabe de la dificultad que ellos tienen para ponerse en contacto con su seres queridos del más acá, si éstos se encuentran enganchados en el sufrimiento y la desesperación.
Animador: Luego hablaré con su mamá y se lo voy a decir. Que se tienen que tranquilizar, verdad, para que su hija pueda mandarles señales.
Espíritu Elena: ¡Harías bien!, porque su hija también está nerviosa. ¡Quiere, ella quiere!
Animador: Ella quiere pero no puede. Bueno cariño... Y Carlos, mi “coleguita” ¿qué hace?
Espíritu Elena: Le gusta jugar.
Animador: ¿Está por ahí?
Espíritu Elena: No, aquí estoy yo sola con los chicos.
Animador: Bueno. Y ¿qué vas a hacer con los niños ahora cuando vuelva Rubén?
Espíritu Elena: ¡Comer! Es la hora de comer.
Animador: ¡Ah!, pero ¿tú comes?
Espíritu Elena: ¡Ellos comen!
Animador: ¡Ah! Porque llevan poco tiempo allí, ¿no?
Espíritu Elena: ¡Sí! Figúrate.
¾Por eso mismo aún creen que tienen un cuerpo físico mutilado y no querían que Rubén los viera. De hecho, él dijo al terminar la experiencia que no llegó a verlos, sino más los intuía. Esos niños aún no saben que han muerto y la función de la niña es la hacérselo saber poco a poco, de modo que no les provoque un schok mental.
Animador: Claro, acaban de ir y aún creen que tienen que comer. ¿Todavía no se han conocido a sí mismos, ¿no?
Espíritu Elena: ¡No!
Mi esposa: Elena, que Rubén se haya visto vestido de Peter Pan, ¿tiene que ver con el día que fuimos a ver a Peter Pan sobre hielo?
Espíritu Elena: ¡No! Era para que se animase, porque no quería hacerlo.
¾Después Rubén comentó que cuando terminaba la parte de la relajación, estaba casi dormido y que, sin embargo, cuando le dije que buscase un camino, se vio levantando la pierna por encima de la flor, como cuando se mete en la bañera y que desde ese momento sentía que le impulsaban hacia delante.
Animador: Bueno, a ver qué le pasa, que no lo quería hacer. A ver; regáñale o algo...
Espíritu Elena: ¡No! Estaba cansado.
Animador: Bueno, es que siempre está cansado entonces.
Espíritu Elena: ¡No son horas!
¾Nos reímos.
Animador: Bueno Elena, vamos a demostrarle a Rubén la facilidad que tenéis vosotros. Quiero que le cojas, si puedes tú sola y si no que pidas ayuda, si te lo permiten, para que puedan venir algunos otros amigos tuyos y que le llenéis de energía para que se le quite el cansancio. Después de esto, si quieres terminamos. ¿Puede ser? Se trata de que se renueve su energía para que se sienta como si acabase de dormir una sienta. ¿Puede ser?
Espíritu Elena: ¡Con tu ayuda!
Animador: ¡Vale! Yo le pongo las manos, ¿vale?
Espíritu Elena: ¡Vamos!
¾Un rato después.
Rubén: Elena se despide de mí.
Animador: Elena; ¿le vas a quitar el cansancio o qué?
Espíritu Elena: Sí, por el camino.
Animador: Ah, vale. De acuerdo.
Rubén: He salido hacia arriba.
¾Después de un largo silencio:
Rubén: Tengo que volver.
Animador: Ya no ves nada ¿no?
Rubén: ¡No!, ya no.
Animador: Pues date la vuelta y busca tu flor...

Al terminar se encontraba como si efectivamente se estuviera desperezando.
Dijo también que el hecho de que el reloj de aquella casa marcase las 13 horas cuando aquí teníamos las 17, tiene un significado. Sin embargo no pudimos dar con él.
Comentó que la niña vino con el pelo por encima de los hombros ¾como viene siempre.
Además explicó que cuando no la entendía era como si le estuviese hablando en un idioma desconocido. La explicación para esto es que lo que le estaba diciendo no era posible procesarlo a través de su mente. Era algo que iba más lejos de lo que podemos conocer. Eso es algo que ya conozco por las comunicaciones de otros seres desde el Más allá; concretamente Pierre lo comenta varias veces.



[1] A este respecto, parece ser que es algo variable. Aún no sé de qué depende. Desde luego sabemos que se descansa después del repaso de nuestra vida, después del juicio, siempre personal que sirve para conocernos a nosotros mismos y saber en qué tenemos que corregirnos.

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